2. Aceptar.
¿Y si en vez de intentar cambiar lo que sentimos o pensamos, lo aceptamos como parte de nuestra naturaleza humana y tomamos las riendas de lo que hacemos?
Parte del problema es dejar la mente volar al futuro y no contactar con lo que realmente está sucediendo en el presente; en el “aquí y ahora” y desde la comprensión sincera de lo que nos sucede, podemos pasar a la acción.
Este es un buen momento para que todas y todos rememos en la misma dirección, reflexionando y flexibilizando nuestros pensamientos para la búsqueda de alternativas.